El pasado abril tuvimos una cita muy especial en Radio Buruaga. A las 11.45 comenzamos una animada e interesante entrevista con Adrian Underhill, reputado profesor británico que lleva décadas formando a profesores por todo el mundo. En dicha entrevista participaron un profesor del departamento de Inglés, dos alumnos (Jesús y Víctor) quienes estudian primero y segundo de Bachillerato respectivamente, y yo misma.
Dicha entrevista versó principalmente sobre el área de la PRONUNCIACIÓN INGLESA; reflexionamos sobre aspectos que a menudo nos preguntamos y sobre el que Adrian Underhill nos dio luz.
A la pregunta de la efectividad de los numerosos métodos didácticos existentes respecto a la enseñanza de la pronunciación, Underhill afirmó que la verdadera clave para obtener un resultado satisfactorio en un mundo inicialmente tan abstracto como es la fonética y la fonología, es la conciencia real de lo que sucede en nuestra boca, nuestra voz o mandíbula mientras emitimos ciertos sonidos en Inglés. Él lo resume en una sola palabra: PROPRIOCEPTION. Tener conocimiento del funcionamiento de los "articuladores" en juego en la producción de sonidos permite liberarnos de la constricción que produce seguir patrones fonológicos de nuestra L1 y aplicarlos a la L2. Tanto es así que hizo una prueba in situ con nosotros en el estudio. Con un papel exclusivamente de facilitador y sirviéndonos de guía, solo observando sus gestos de manos y boca, consiguió que realizásemos un breve recorrido por su "Chart of the Vowel Sounds in English", sin emitir él ni una sola palabra, únicamente a través de su lenguaje corporal. De otro modo, el aprendiz siempre esperaría repetir, el ya conocido "shadowing" or "drilling".
Con respecto a la pregunta de por qué el área de la pronunciación siempre había sido tan denostado, Underhill no dudó en apuntar varias causas: 1. Se ha favorecido la enseñanza de la GR y VOCAB en detrimento de la pronunciación, cuando se pueden combinar y son perfectamente compatibles. De hecho, debe integrarse la pronunciación a través de ellos, siendo así interdisciplinar su enseñanza. Por otro lado, 2. el desconocimiento de los propios docentes con respecto a este área y 3. su falta de confianza para enseñarlo, relegan a un ultimísimo plano a la pronunciación en sus clases.
Un tema que genera mucha polémica gira en torno a quién puede llegar a enseñar mejor la lengua: ¿el nativo o el no nativo (con conocimiento de la misma)? Radicalmente respondió que no tiene por qué ser nativo quien la enseñe, si quien lo hace tiene la voluntad y adecuada competencia para hacerlo. Por tanto, quizá sería el momento adecuado para hacer replanteamientos a ese respecto y reflexionar sobre la ingente formación que algunos no nativos poseen respecto a una lengua extranjera respecto al hablante nativo.
Otro tema que suele ir acompañado de controversia es ¿"accuracy or fluency" en las clases? Nuevamente no descarta ninguna opción. De hecho son vinculantes y su relación es directa. Para él lo verdaderamente relevante es que "you speak from the heart and are able to express yourself in this world". Lo que está claro es que, en ese sentido, en función del objetivo que tenga cada uno, el resultado será diferente. Personalmente, como aprendiz del inglés a tiempo completo y profesional que lo enseña, mi objetivo es siempre "accuracy", pues tengo obligación como transmisora de conocimientos albergar el mayor número de conocimientos posibles respecto a este idioma extranjero. Sin embargo, se entiende que un porcentaje muy elevado de la sociedad busca un fin más práctico y persigue la "fluency".
Víctor, nuestro alumno, sentía curiosidad por saber cuál es el error más recurrente en los aprendices del Inglés, y Underhill respondió con claridad aludiendo a la "energy distribution". ¿Qué significa ese concepto? El inglés es una lengua con ritmo acentual, lo cual significa que solo algunos elementos (sustantivos, verbos, adverbios) deben recibir más importancia a la hora de emitirlos, mientras otros tales como preposiciones, artículos definidos e indefinidos-entre otros- no llevan tal carga de voz. Eso significa que estas últimas suelen transformar sus sonidos vocálicos en débiles- la schwa o sus variantes- y el desconocimiento de ello produce mucha confusión y desconfianza por parte del estudiante del idioma. El español, por ejemplo, es una lengua con ritmo silábico, lo cual quiere decir que todas las palabras en la oración reciben el mismo grado de acentuación, independientemente de su naturaleza o categoría de palabra, lo cual aplicado al inglés, produce un efecto de cierta monotonía o incluso ritmo "robótico". ¿Te suena?
Podríamos haber pasado muchas más horas debatiendo y escuchando a este maestro, pero era momento de volver a clase... Eso sí, una lección sí extrajimos. Como dijo Horacio, la doble función de cualquier arte deber ser "PRODESSE ET DELECTARE" (instruir y proporcionar placer al que escucha). Eso nos inspiró Adrian Underhill aquel día.
Escucha la entrevista AQUÍ
Charla virtual con Adrian Underhill
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